La inflación de 2022 ralentizó la compra de carne y lácteos, a base de plantas o fermentación, después del boom experimentado durante la pandemia, según Boston Consulting Group (BCG). El consumo de proteínas alternativas se está desacelerando.
Aumentar la cuota de mercado global de proteínas alternativas desde el actual 2% a un 8% para 2030, podría producir una reducción de emisiones equivalente a descarbonizar el 95% de la industria de la aviación.
BCG: El consumo de proteínas alternativas se está desacelerando
Reemplazar la carne y los productos lácteos tradicionales con proteínas alternativas es una de las mejores herramientas disponibles para combatir la crisis climática, pero su consumo se está desacelerando.
Aumentar la cuota de mercado global de proteínas alternativas del 2% actual al 8% para 2030 podría producir una reducción de emisiones equivalente a descarbonizar el 95% de la industria de la aviación. Para aumentar la cuota de mercado rápidamente, las compañías de proteínas alternativas deben encontrar nuevas formas de atraer a los consumidores convencionales. Así se señala en el artículo “Taking Alternative Proteins Mainstream” de Boston Consulting Group (BCG).
Dos son los principales tipos de productos que podemos encontrar en los supermercados y ventas minoristas: los lácteos alternativos (que incluye sustitutivos de la leche, queso y yogur, entre otros) y la carne (con productos como hamburguesas o salchichas, por citar dos ejemplos) a base de plantas o fermentación. Durante el 2022, las ventas de estas categorías crecieron un 9%, lo que muestra una desaceleración con respecto a los años de pandemia, en los que hubo un boom por este tipo de productos que aumentaron un 25% en los canales de retail.
El 2020 fue un año anómalo para el consumo, que se vio inflado por los efectos de la irrupción de COVID-19 y el cambio hacia hábitos más saludables por parte de los consumidores, más predispuestos a probar productos nuevos si eran considerados más sanos, entre ellos, productos alternativos a base de plantas.
Los lácteos alternativos, la categoría más grande de proteínas alternativas en ventas minoristas, han hecho mucho para atraer a los consumidores convencionales. Crecieron en Estados Unidos un 12% en el 2022 frente al 10% que lo hicieron los lácteos tradicionales. En cambio, la carne alternativa ha tenido menos éxito y sus ventas en Estados Unidos disminuyeron un 0,4% en el 2022 (frente a un aumento del 8% para la carne tradicional). Se necesita una mayor innovación de productos para llevar la carne alternativa a la paridad con la carne tradicional, pero el análisis de BCG encontró que las empresas también tienen un margen significativo de mejora en su comercialización.
En el Perú, la Asociación de defensa de los derechos animales “Proyecto Libertad”, sostiene que este año recibe hasta el 50% más consultas que en el 2021 de personas interesadas en consumir proteínas alternativas (de origen vegetal) y buscar opciones en restaurantes. Un claro ejemplo es que este año el “Burguer Fest”, uno de los eventos gastronómicos más importantes del país en su tipo, contará por primera vez con la participación de un fast food 100% basado en plantas. Ya sea por salud, por disminuir su huella ecológica o por evitar el maltrato animal, la dieta de los peruanos está cambiando.
Tendencias de consumo de proteínas alternativas
El artículo de Boston Consulting Group señala que la inflación es un factor clave para explicar la desaceleración de las ventas de carne alternativa en el sector minorista. Frente a los precios más altos, los consumidores en general reflexionan más antes de pagar la prima adicional por la carne alternativa. En contraste, los precios alternativos de los productos lácteos son competitivos con los precios tradicionales de los lácteos, lo que hace que este no sea un factor limitante.
“Adherirse a una dieta vegana no es una necesidad principal de los consumidores convencionales, y es poco probable que etiquetar un producto como vegano resuene con ellos. De hecho, la investigación de la ciencia del comportamiento muestra que presentar prominentemente una etiqueta “vegana” puede crear una barrera psicológica para los consumidores.”, asegura Andrés Giraldo, Managing Director & Partner de BCG. “Por ello, las empresas deben comprender quiénes son sus consumidores convencionales y qué necesitan en la ocasión de uso objetivo: dónde están, con quién están y qué están haciendo al consumir el producto, así como cuáles son sus necesidades emocionales y funcionales en ese momento. También deben adoptar un enfoque de prueba y aprendizaje para su proceso de innovación, refinando tanto sus productos como sus mensajes a lo largo del tiempo”, finaliza.
A pesar de los desafíos actuales, BCG mantiene la proyección, realizada en 2021 en su reporte “Food For Thought” de que para 2030 el 8% de toda la carne, mariscos, huevos y productos lácteos consumidos en todo el mundo serán alternativos.
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